Desconéctate del mundo...

En las últimas tres décadas la tecnología cambió radicalmente el mundo que conociamos, hoy en día es mucho más fácil estar conectados con las personas que están lejos, que con las que tenemos cerca; ya no se llama por teléfono, se postea en facebook; no vamos a desayunar con los amigos, skypeamos; y no viajamos para conocer al jefe, simplemente hacemos una videoconferencia, con un simple click en nuestro Smartphone y un sin fin de mensajes instantáneos, nos mantenemos al tanto de todo y de todos.

Comparamos esas historias de nuestros abuelos de cómo se conocieron y cómo se conquistaron con la edad de piedra, olvidamos esa tradición de hace algunos años de enviarnos cartas de amor que podían durar semanas en cruzar el océano pero no nos importaba, creemos que con la tecnología tenemos el mundo en nuestra palma de la mano, pero se nos olvidó  como se mira a los ojos a una persona para decirle cuánto la extrañamos.

Creamos nuestro propio mundo virtual y dejamos entrar en el, los perfiles y avatares que creemos que encajan en nuestra realidad virtual, lamentablemente muchos de esos perfiles y avatares solo son un engaño que estúpidamente dejamos entrar en nuestra vida y nos acostumbramos a vivir de mentiras, engaños y apariencias.

La tecnología nos a conectado con personas, servicios y productos alrededor del mundo y tan rápido que en otra época hubiera sido completamente imposible, pero nos ha alejado de las personas que tenemos cerca, de un abrazo reconfortante, de poder mirar a alguien a los ojos y poder decir lo que sentimos, de un almuerzo o cena en familia; nos alejó de nuestra propia esencia como personas y nos ha vuelto esclavos del mundo digital, olvidamos que la tecnología la creamos para que fuera una herramienta que nos facilitara la vida y no para darle el poder de vivirla en lugar de nosotros.

Convertimos los chats, las app´s y los emojis en nuestra forma de comunicarnos; no solo perdimos a las personas que nos rodean sino que perdimos nuestro propio lenguaje expresivo y hasta nuestra propia identidad, y qué decir de nuestras tradiciones que nos hacian únicos en el mundo; perdimos nuestro mundo desde el instante que dejamos que la tecnología nos gobernará y manipulara a  su conveniencia, nosotros mismos permitimos que la tecnología dejará de ser un producto para convertirnos nosotros en un producto de la tecnología.